GERENCIA Y TECNO ESTRES

La época del tecnoestrés


La aceleración de los cambios tecnológicos dificulta la adaptación mental a ellos. Todo esto predispone para una nueva forma de estrés: el tecnoestrés.
Los cambios tecnológicos son fuertes demandas ambientales que requieren de adecuadas adaptaciones para no generar estrés.
Se llama tecnoestrés al estado psicológico negativo relacionado con el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC).
Las tecnodemandas tienden a superar con facilidad los tecnorecursos personales o la percepción de los mismos. Esto obligará a invertir mucho tiempo en la generación de esos recursos o bien llevará a percibir negativamente la propia capacidad de adaptación en relación con la tecnología. A esto llamamos baja autoeficacia, que influye negativamente sobre el ánimo.
El estrés puede expresarse como tecnoansiedad, como una baja en el estado anímico o como una mayor irritabilidad con las consecuencias interpersonales que esto genera.
En las empresas, los cambios tecnológicos pueden orientarse a la tecnología en sí misma y las posibilidades que ella ofrece, o al usuario. Este aspecto tiende a estar descuidado, es decir que se suelen tener poco en cuenta las capacidades de aprendizaje, adaptación y motivación del usuario por obligación de las nuevas tecnologías con la consiguiente frustración y estrés que se genera.
El primer paso para afrontar el problema es identificarlo y poder redefinirlo como un desafío.
Los desafíos que plantea el tecnoestrés, bien enfocados, pueden derivar en una optimización de la tecnología a partir de una mayor consideración del factor humano.